-¿No ves que ya me estoy yendo?, que ya dejaré de estar en tu mente a cada momento, que no seré más que un lejano y difuso recuerdo.
Sé que esta es la última noche que dormiré creyendo que estás a mi lado, que me rodeas con tus brazos, que vuelves o te vas con un te quiero para siempre entre mis labios. La última noche que lloraré tus mil y un rechazos, que dejaré de morir por dentro cada vez que me asomo a ver la realidad.
+Cuanto ha sido el tiempo que he necesito, desperdiciado creyendo que debías estar a mi lado.
-Siempre quedará el recuerdo.
+Si una cosa tengo clara es que no necesito nada más que todo lo que me has enseñado a mi lado.
-Para siempre.
+Adiós.>>
Esta vez ya no me refugiaba en los recuerdos de tus abrazos, sonreía porque tenía alguien que me los dabas cuando los necesitaba. Alguien que me quería, que me transmitía vida, amor, sueños, planes de futuro...incluso la tan ansiada felicidad. Alguien que me soportaba, que intentaba comprender cada uno de mis delirios, cada uno de mis brotes de ansiedad en que parecía que tiraba mi vida por la borda, que me recogía cuando me encontraba en pedazos, que me reconstruía, que me permitía volar, conocer nuevos mundos, nuevas teorías, que me enseñaba a querer de una forma completamente saludable, nada de autodestrucción, de noches en vela llorando porque no era suficiente. Alguien que me decía que estaba guapa de todas las maneras porque, también miraba lo que en mi interior resplandecía.
Alguien que me quería, como dije...alguien que llegó y supe querer.
Que hace que sólo quiera emplear mi tiempo en verle feliz, que me hace tan feliz.
Me desangro pensando, construyendo castillos, muros, que me impidan llegar a tener miedo de que algo tan bonito un día deje de encontrarse a mi lado.
El amor, la felicidad, los sueños, las ganas de vivir...se sientan en la misma mesa que mi enemigo, el tiempo.
El tiempo que quiero emplear haciéndote feliz, olvidando lo infeliz que llegué a ser algún día.
Ojala me quedase inmortalizada en cada beso, que el tiempo no pasase nunca más.
Hoy, hoy sí que puedo asegurar que tengo ganas de vivir.