O eso debo parecer yo. Odio cuando crees en una persona plenamente y te da la puñalada por la espalda. Odio la sensación de cansancio que siento cuando sufro, las ganas de tirarlo todo por la borda me inundan de nuevo. Y como una persona apunto de ahogarse, intento nadar a contracorriente, intento no caerme por el precipicio. Intento hacerme la dura, que todo me resbala pero acabo derrumbándome a la primera de cambio. Y estoy llena de ira y de enfado.
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