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miércoles, 31 de diciembre de 2014

336.

Dejo que todo lo que tiene que salir de mi, lo haga. Todo aquello malo, todo aquello que alguna fue bueno, todo amor o todo rencor, toda melancolía. Y cuando todas esas cosas están fuera de mi, encuentro la persona que siempre busqué ser, aquella persona que me aportaría algún tipo de felicidad.
Pero es la una y media de la mañana de un año nuevo y yo he intentado una y otra vez sacar de mi todas esas cosas pero nunca he conseguido distinguir realmente cuales son las que tengo que sacar, yo no comprendo tampoco como sacarlas. Y estoy realmente cansada, como estoy cansada de esta gripe, o como estoy cansada de vivir en un continuo mundo que no me pertenece.
Llevo tres años intentando crear una vida en la que poder estar a gusto y creo que todavía ni he comenzado por los cimientos de ello.
Me has hecho replantearme cada una de las decisiones que he tomado a lo largo de estos tres años, haciendo que no dé nada por supuesto y eso es lo que ha hecho que hoy sea una gran persona.
Entre estas cuatro paredes todavía sueño que estás, aunque ahora lo único que estás es demasiado lejos.
Al final fallé al creer que las cosas iban a cambiar, que no iban a ser como debían si no como nuestros corazones nos guiasen, pero fallé, te perdí y todavía hoy me pesa.
Es la una de la madrugada de un año nuevo y yo ni sé lo que escribo más allá de simples palabras que me apetece teclear para sentirme aliviada.
Es la una de la madrugada de un año nuevo y mi vida se escapó por la ventana, dice que no vuelve hasta que yo comience a vivirla.
Es la una de la madrugada de un año nuevo y no estás aquí y todavía te espero y te echo de menos
Es la una de la madrugada de un año nuevo y todo no es nada.
Es la una de la madrugada de un año nuevo y he perdido un poco de cordura y el miedo de vivir.