Estoy entre dos tierras,
y en ellas habitan el caos y la armonía,
el amor y la soledad,
y el abismo me gusta más
cuando me asomo y estás.
Es como si hubiese una elección
tras la vergüenza o el orgullo,
cuando mi dedo te señala a ti,
cruel obstáculo, áspero sentimiento.
Durante cuatro años desangrarse no basto,
y sé que sigues clavándome el puñal de lo que nunca pasó,
en lo más hondo de mi corazón.
Es un universo infinito el que contemplo y no tengo palabras para describir
aquello que siempre querré y nunca podré tener y el dolor que eso conlleva.
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