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Es cierto que no he visitado muchas ciudades ni recorrido demasiados lugares para decir que no recuerdo con detalle alguna de sus calles. Es más, diría que echo de menos cada uno de los lugares en los que he estado. Siento, algo así, como que he dejado una parte de mi en algún rincón de cada sitio en el que he estado. Y anhelo poder volver dentro de unos años a cada uno de esos lugares y decir cosas como: Oh, allí había una tienda de golosinas y ya no está y al fin y al cabo, en eso se basa la vida ¿no? En un continuo cambio y movimiento. Y esa sensación de cambio, me asusta a cada paso que doy, me vacía el alma...
Anhelo que cuando tenga las ideas claras y algo de dinero, emprender un viaje, con una mochila a cuestas por muchos lugares, ir recogiendo detalles, piedras, plumas llamativas o arena de alguna playa. Quedarme en uno de esos lugares que encuentre, que nadie vuelva a saber de mi y yo no saber nada de lo que algún día consideré que formaba parte de mi, de mi vida...eso, o irme a una ciudad, tener un trabajo estable, casarme, tener hijos hijos...Y entonces un día volveré a mi ciudad natal, un día que la realidad me ahogue, cogeré el primer tren, el primer avión. Y sin un lugar donde dormir, me recorreré calle por calle...Oh, allí me dieron mi primer beso; oh, allí estaba antes el colegio al que iba; oh, allí vivía el chico que tanto he querido y ahora, en lugar de un edificio han construido un gran restaurante; oh, allí nos pasábamos las tardes...
Y me daré cuenta de que esas cosas que ya no están, no volverán. No volveré a saber de esas personas, ¿se acordarán de mi cómo yo de ellas?
Y te das cuenta de que el tiempo es un tirano, porque se escapa como el agua entre las manos..