Y junto con tu mirada de placer; tu voz entrecortada en alguna de nuestras pocas llamadas telefónicas; yo agarrada a tu pelo; tu olor, cuando me lo trae el viento; tus mensajes de cuando al parecer, me querías y la promesa de que algún día nos volveremos a encontrar; estoy yo, los recuerdos, tu partida y una maleta que quiere huir llevándose arrastras a mi corazón.
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