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Siempre me he preguntado que sería de una mariposa si le quitasen sus alas. Probablemente, presa de no poder volar, acabaría muriéndose. Debo de hacer cerca de 100 preguntas al día, de las cuales, solo se contestar a cinco. Las cincos cuales son las típicas preguntas que te haces durante el día. Busco la felicidad, eso ha quedado claro en todas las entradas anteriores. Pero ahora mismo, en vez de preguntarme porque razones debería de estar sonriendo, me limito a respirar sin vivir, vacía, como una niña caprichosa a la que le han quitado un juguete al cual no le prestaba atención pero el echo de no verlo en el sitio habitual le molestaba. Y así tendría que estar meses. Viendo como ya estás lo suficientemente lejos como para que no exista ningún cohete que me lleve hasta a ti. Y probablemente seguiría respirando sin vivir. Porque siempre recordaré la forma en la que recuerdas siempre como ponerme de los nervios. Siempre recordaré que debo recordar que eras imprescindible. Siempre recordaré la canción '' The Sixth Station '' y mis lágrimas y desilusiones tiradas sobre la almohada. Siempre recordaré que me equivoque al decidir enamorarme de un fantasma. Supongo que todas las personas debemos equivocarnos. Tenemos nuestras preocupaciones. Lloramos recordando las cosas que no hicimos por miedo a estropear las cosas. Y le daremos patadas a la primera cosa que tendremos a mano por el echo de recordar las cosas que hicimos mal y que ningún perdón pudo arreglar.