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sábado, 6 de octubre de 2012

251.

Recuerdo como de pequeña era una niña tranquila, que soñaba con ser una bella princesa, con un príncipe, una corona, hijos, y el amor de una familia. A medida que iba creciendo me daba cuenta de que mis sueños, que esa clase de sueños, nunca se irían a cumplir y fue cada vez más, aceptando que iba a tener una vida normal como muchos otros. Recuerdo también como me dí cuenta de que yo no era como los demás, que no era un ser que se resignaría a vivir la vida como los demás, que iba a salir ahí fuera en busca de la felicidad y que aquellos que me lo impidiesen iban a ser ejecutados, como buena princesa claramente. Y ahora, aquí sigo, sin encontrar esa felicidad y sin ejecutar a todos esos que me impiden llevar a cabo todo eso.

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