157.

Todavía no he conseguido encontrar algo que me sacie. He intentado convertir los días en especiales, salir de esta rutina que me ha atrapado, como un remolino. No paro de luchar contracorriente, y lo único que me importa es conseguir no ahogarme. Nuevamente, hoy se me han pegado las sábanas y entre recuerdos de las pesadillas de la noche pasada, encuentro la extraña voz de mi madre diciéndome que tengo que ir a clase. A continuación, unas ganas tremendas de matar(la) pero acabo obedeciéndola. A primera examen, durante el resto del día, tú, entrenamiento y estudiar. Un día le pedí a Dios como último recurso, ya que soy atea, que adelantase el día de mi muerte. No hizo nada. Solo me trajo más mierda. Un día me di cuenta, de que aunque todo no me fuese tal y como quería, habría momentos en los que lograría alzar la felicidad tan buscada, días en los que no todo lo vería negro. Más tarde moriría y me reencarnaría. Renovando mi alma.