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martes, 3 de julio de 2012

193.

Se despertó. Sentía que su cabeza iba a explotar en cualquier instante. Las sábanas estaban completamente revueltas. Empezó a buscar indicios de que hacía en aquella habitación llena de olor de bebida y porros. Se levantó de la cama, fue hacia el baño, se duchó, se secó y se sentó sobre la cama. Inesperadamente, se echó a llorar. Recordaba todos y cada uno de los detalles por los cuales había llegado hasta allí. Ella, tenía 16 años y llevaba una vida descontrolada en la cual se pasaba el día fumada o borracha y sus padres habían decidido mandarla a un campamento durante ese verano, para que olvidase un poco el mundo donde se había metido. Allí las cosas fueron diferentes a como sus padres les hubiese gustado. Aquel campamento estaba repleto de gente como ella. Y durante todo el verano se pasaron fumando y bebiendo a escondidas de los monitores. Eran felices. Allí conoció a un chico. Él era un cabrón. Se acostó con todas las del campamento, excepto con una que era lesbiana. Y con ella por supuesto. Muchas veces. Él le decía que era distinta a  las demás. Que ella era como él. Que la quería por eso más que a las otras. La usaba como un vaso pero ella no se daba cuenta. El último día del campamento se escaparon y acabaron follando en un hostal barato, dejándose llevar por las drogas, la bebida y la lujuria. Y ahí es donde estaba ella ahora. Llorando. Al lado de una nota que él dejo sobre la cama que ponía ' Ya nos veremos. Adiós. ' Ella supuso que nunca lo volvería a ver. Y así fue. En los años siguientes no se volvió a enamorar. Seguía rota.

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