El despertador no para de sonar y parece que mi madre ya ha abandonado la casa por el portazo que acaba de pegar. Llevaba una semana completamente sabática y hoy tocaba levantarse pronto y ponerme en marcha. Sí. Había decidido empezar a hacer ejercicio todas las mañanas y comer sano a ver si conseguía perder algunos kilos que tanto me obsesionan a veces. Y por una vez que me levanto pronto, es asomarme a la ventana y ver que está lloviendo. Así que tengo que retrasar mi salida una hora. Estoy en la calle durante dos horas, dando la vuelta a todo la ciudad. Música a todo volumen para callar mis pensamientos. Corro y cuando me cansó ando y siento como me está costando respirar. Me doy ánimos a mi misma. Me acabaré acostumbrando. Puedo hacerlo. Sé que puedo hacerlo.
'Y a la mierda con la autodestrucción.'
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